En los últimos días vino a mí la información del Método
Doman, por lo que me decidí a investigar un poco más. El método Doman consiste
en utilizar bits de inteligencia para enseñar a niños de 0 a 6
años desde grandes cantidades de vocabulario hasta habilidades básicas como
leer, restar o multiplicar. Esencialmente, los bits de inteligencia son
láminas de papel en las que se muestra al niño aquello que se desea que
aprenda. Así, si el objetivo es que el pequeño aprenda a leer, basta con
mostrarle las palabras en láminas mientras se le leen en voz alta. Si, por el
contrario, el objetivo es que el pequeño aprenda a sumar, bastará con mostrarle
cada sumando en una lámina (en forma de círculos) y el símbolo + en
una tercera lámina que se situará entre las dos anteriores mientras se le lee
la suma junto con su resultado en voz alta. En todos los casos, según el autor,
es muy importante que la presentación de las láminas se haga un número
determinado de veces a lo largo del día con un ritmo concreto y que los
estímulos tengan el tamaño, color y disposición especificados. Pero después de
ver lo fabuloso que parece, también me pregunte qué tan importante es que
nuestros niños aprendan a leer antes de los 6 años y encontré un interesante artículo
sobre la educación en Finlandia, la cual sabemos está reconocida como una de
las mejores en métodos educativos, y encontré mi respuesta.
CUANTO ANTES, MEJOR. FALSO. En Finlandia los niños no
aprenden a leer hasta los siete años. Incluso, ven contraproducente empezar
antes; pero a los nueve ya ocupan uno de los primeros puestos del mundo en
competencia lectora. Y en matemáticas.
CUANTO MÁS, MEJOR. FALSO. Tampoco aquí salen las
cuentas. Resulta que en Finlandia los niños tienen menos horas de clase, ¡y
cinco recreos al día! Cada 45 minutos, 15 minutos de recreo, mientras que en
España son 30 minutos en cinco horas.
Además, Finlandia es el país que menos horas curriculares
realiza entre la primaria y la secundaria. Entonces, ¿cómo es posible que
ocupen siempre los primeros puestos? Puede ser porque es un tema en el que se implica
toda la sociedad: los profesores; los padres, que confían en los maestros
y no les culpan de los fracasos de sus hijos; el Estado, que potencia una
educación pública y que no modifica ni una ley educativa sin consenso político.
Además, por supuesto, el método que usan es diferente. Se enseña cuando el niño
está preparado, maduro, no antes. Por eso empiezan la lectoescritura a los
siete años. ¿Y qué hacen antes de leer? ¿Cómo se preparan? Para nuestra
sorpresa, la mitad de los niños finlandeses no va a preescolar y entran en
la escuela a los seis o siete años.
¿Y la otra mitad? ¿La que acude a preescolar? Juega. Y
se fomenta continuamente la exploración y la autonomía del niño.
¿Qué necesita el niño aprender antes para después tener
éxito en las matemáticas o la lectura? ¿Repetir? ¿Esfuerzo? ¿Experimentar?
¿Afecto? Su principal objetivo, reconoce, no es que sepan leer, ni escribir, ni
contar cuando acaben infantil, sino “que lleguen a primaria con ilusión y
ganas”. La clave “es hacer afectivo el día a día en la escuela. Cuando un niño
crea un vínculo con su maestra y se siente seguro, podrá dedicarse a aprender,
a jugar, a afrontar sus sentimientos”, afirma. Es el primer paso, pero no el
único.
Esto no quiere decir que no le enseñen nada hasta los 6
años, la educación viene de la mano del juego, fomentando la independencia y
sin competencia, ósea no hay comparaciones, quien sabe mas, quien aprendió primero,
quien tiene mejor nota.
En estos tiempos ya no se sabe si realmente nos estamos
proyectando en que tan buenas madres somos, a través de si nuestro hijo gateo
primero, camino más rápido que otro, come mas, habla primero, etc. ¿Es que nos
estamos olvidando que nuestro objetivo es disfrutar de ellos sin importar que
hizo el vecino? Todas nos lo preguntamos, yo lo he hecho me he cuestionado si
lo estoy haciendo bien, pero hay una sola manera de saberlo, si mi hija es
feliz, lo logre hoy, mañana a comenzar de nuevo.
En conclusión queridas amigas, no voy a dejar de estimular
la inteligencia de mi pequeña, pero respetando y avanzando a su paso, jugar y
disfrutar!